La mordida abierta es una mala oclusión que tiene como característica principal que los pacientes nunca llegan a cerrar del todo los dientes. Es decir, no se produce contacto entre los dientes superiores e inferiores en la zona de los dientes delanteros o anteriores y siempre quedan abiertos.
Las consecuencias de la mordida abierta no solo son estéticas. En muchos casos la mordida abierta provoca también problemas en el habla y en la masticación. Por ello, es muy importante tratar este problema.
¿Qué es la mordida abierta?
Esta alteración sucede porque los dientes traseros o posteriores hacen contacto antes de tiempo y no permiten que los dientes laterales y/o delanteros contacten con sus antagonistas, por lo que se ven afectadas funciones como la masticación o se generan problemas en la ATM (Articulación Temporomandibular), además de una sonrisa reñida con los cánones de estética dental.
Tipos de mordida abierta
Como ya hemos mencionado, la mordida abierta consiste en que no exista contacto entre algunos dientes; dependiendo de la zona donde ocurra esta falta de contacto encontramos cuatro tipos:
Mordida abierta anterior (delantera)
Es la más común y sucede cuando los dientes que carecen de contacto son los incisivos y caninos. Su causa puede deberse a problemas genético-esqueléticos, dentales o de hábitos como, por ejemplo, chuparnos el dedo cuando somos niños.
Mordida abierta lateral
Se conoce por este nombre a la falta de contacto entre premolares y su causa suele ser por problemas en los dientes causados por malos hábitos en la salud bucodental.
Mordida abierta Posterior (Trasera)
Es la menos común de todas, cuando los incisivos o dientes delanteros contactan entre sí impidiendo el contacto entre los molares.
Mordida abierta mixta
Sucede cuando se combinan la anterior y posterior existiendo contacto únicamente en los últimos molares sin existir entre ningún otro diente.
Mordida abierta en niños
El diagnóstico precoz en la mordida abierta es fundamental para evitar que el problema se agrave y, en la mayoría de los casos, aplicando una ortodoncia infantil en una fase temprana, el problema se soluciona.
La mordida abierta suele darse cuando comienzan a salir los dientes definitivos, normalmente, alrededor de los 8 años, aunque hay casos en los que ya se empieza a vislumbrar el problema desde una edad más temprana, con los dientes de leche.
¿Cómo detectarla?
La mordida abierta, normalmente, es visible a simple vista. Los dientes no cierran correctamente y visualmente existe un espacio entre las arcadas superior e inferior. No obstante, para realizar un diagnóstico adecuado, se debe realizar una radiografía que debe ser revisada por el odontólogo, quien determinará qué tipo de mordida existe para aplicar el tratamiento adecuado.
Causas de la mordida abierta
Problemas dentales
La mordida abierta se produce como consecuencia de un incorrecto desarrollo de los huesos mandibulares o en la erupción de los dientes definitivos. No obstante, en la fase de recambio dental (cuando se van cayendo los dientes de leche y apareciendo los dientes definitivos) suele darse un periodo en el que puede aparecer un desajuste en la mordida. Es conveniente que el odontopediatra vaya revisando el estado de los dientes, pero a menudo suelen corregirse estos desajustes con la dentición definitiva.
Chuparse el dedo o uso prolongado del chupete
Los niños que tienen a chuparse el dedo o usan el chupete durante un largo periodo y de manera muy constante, pueden desarrollar mordida abierta, ya que estos hábitos trastornan la alineación natural de los dientes.
Empujar los dientes con la lengua
En algunos casos, viene producida por el hábito de empujar los dientes con la lengua, a veces, se hace de manera inconsciente al hablar o al tragar, pero puede producir aberturas en las arcadas delanteras. Así mismo, las personas con problemas de articulación temporomandibular (ATM), recurren en ocasiones a este hábito para aliviar el dolor al tratar de recolocar la mandíbula.
En el artículo Relación entre hábitos nocivos y maloclusiones en una muestra de 525 pacientes de Ortodoncia se habla sobre “la influencia de ciertos hábitos orales nocivos en el desarrollo de las maloclusiones. Para comprobar la influencia de las unas sobre las otras y la relación entre distintas maloclusiones, se realizó un estudio descriptivo transversal de 525 historias clínicas escogidas al azar de pacientes que acudieron al servicio de Ortodoncia del Hospital San Rafael de Madrid. Se cruzaron las variables de maloclusión en los tres planos del espacio: clase I, II ó III; mordida abierta y/o sobre mordida; y mordida cruzada y/o en tijera con los hábitos orales considerados nocivos: succión digital, deglución atípica, respiración oral, onicofagia… Tras el estudio estadístico de correlación de Pearson/ t de Student se concluyó que la interposición lingual en reposo, deglución atípica, succión digital y respiración oral estaban relacionadas con la mordida abierta.”
Por estos motivos resulta tan necesario realizar las revisiones periódicas con el dentista infantil y con el ortodoncista, así podremos adelantarnos a cualquier posible problema que se pueda presentar en este particular.
Soluciones a la mordida abierta
En la mayoría de los casos se puede corregir con tratamiento de ortodoncia, aunque en los casos más severos será necesaria la cirugía ortognática, por lo que la planificación entre cirujano maxilofacial y ortodoncista debe ser muy exhaustiva para obtener los mejores resultados.
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