A muchos papás y mamás les preocupa que su bebé pueda tener el frenillo dental corto, por eso hoy vamos a resolver algunas dudas al respecto.
La anquiloglosia, también llamada «lengua anclada», es un trastorno de nacimiento que restringe el movimiento de libre de la lengua. Esto ocurre debido a que el tejido del frenillo de la lengua que une la parte lingual inferior con la base de la boca es muy corto, grueso y denso. El frenillo dental corto impide mover la lengua de manera normal. Esto provoca, en ocasiones, dificultades para el bebé ante determinadas situaciones, sobre todo relacionadas con la lactancia materna. Sin embargo, puede afectar también a la alimentación posterior a la lactancia, al tragar o al habla, incluso al gesto natural.
En casos leves la lengua anclada puede no causar ningún problema, pero en casos moderados o severos debe ser corregida en un procedimiento quirúrgico muy sencillo, en el que el cirujano arreglará esta malformación lingual.
¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene anquiloglosia o frenillo corto?
Los síntomas del frenillo corto son muy claros, por lo que es relativamente sencillo diagnosticar si el bebé padece anquiloglosia. Estos son los síntomas de que el bebé tiene el frenillo dental corto:
- “Lengua Corazón”, cuando el niño saca la lengua esta presenta una hendidura central que le da aspecto o forma de corazón.
- El niño presentará dificultad para levantar la lengua hasta los dientes superiores o si intenta moverla de un lado al otro.
- El niño tendrá problemas para sacar la lengua por fuera de los dientes inferiores.
- Podemos percibir incomodidad en el niño cuando intenta mover la lengua, incluso dolor.
Esta es otra de las razones por las que debemos realizar una revisión temprana a nuestros hijos con la odontopediatra o dentista infantil; es quien puede diagnosticar este trastorno sin lugar a dudas y guiarnos para darle la solución adecuada.
¿Cuándo debo consultarlo con el pediatra?
Aunque suele ser uno de los factores que revisa el pediatra de rutina desde que llevamos al niño y el se dará cuenta, es importante que si notamos alguno de los siguientes casos le llevamos a revisar:
- Si notas que el bebe no succiona bien a la hora de amamantarle o incluso cuando le damos biberón.
- Si algún profesor o tutor del niño en la escuela nos hace algún comentario sobre el habla o la forma de pronunciación de ciertas palabras.
- Cuando se va haciendo mayor se queja o siente interferencias en el día a día que pudiesen alterar la alimentación, el habla o refiere no poder “tocar” sus muelas con la lengua.
¿Cuáles son las causas de la lengua anclada?
En la mayoría de los casos ocurre porque antes del nacimiento este frenillo no se termina de separar de la lengua, lo que afecta al movimiento del musculo y limita su movilidad; el motivo exacto por el que ocurre se desconoce, aunque muchos estudios y especialistas lo relacionan con factores genéticos.
La anquiloglosia es más frecuente en los niños que en las niñas, aunque no se conoce la razón exacta de esta condición.
¿Cómo afecta y que complicaciones tiene la anquiloglosia?
Como ya hemos dicho, la lengua anclada es una afección que puede comprometer el correcto desarrollo bucodental del niño o bebé, pero también puede causar dificultades en la manera en la que come, traga o habla. Entre las complicaciones que puede producir están las siguientes:
- Problemas durante el amamantamiento. Cuando el bebé mama debe mantener la lengua sobre la encía inferior para poder succionar; si el movimiento de la lengua es mermado o limitado debido al frenillo no podrá succionar e intentará “masticar” lo que causará molestias muy significativas en la madre; además, al no poder sacar la leche esto podrá redundar en una deficiente alimentación y a su vez el crecimiento también se puede ver afectado.
- Dificultades en el habla. La anquiloglosia afecta en muchas ocasiones la emisión de diferentes sonidos, entre los que podemos encontrar el de las letras L, D, R, S ó Z, por ejemplo.
- Dificultades en otras actividades que realizamos con la boca. Esta anomalía afecta a la hora de comer un helado o chupar una piruleta, también dificulta chuparse los labios (que es una manera natural de lubricarlos) e incluso llega a hacer muy difícil tocar un instrumento musical de viento.
- Deficiencias en la higiene bucal. En los niños ya mayores o en personas adultas podemos ver que la lengua anclada debido al tamaño del frenillo hace que la limpieza dental sea mas complicada y por lo tanto eliminar los restos de alimentos que quedan entre los dientes, contribuyendo así a la aparición de caries o a padecer problemas periodontales como la gingivitis. En casos muy severos, también puede causar diastemas (espacios entre los dientes) entre las piezas dentales inferiores.
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